viernes, 20 de julio de 2007

Curiosidades de un día cualquiera

Hace 38 años un tripulante de la misión espacial Apolo XI ponía un pie sobre la luna. Mientras tanto, unos cuantos miles de kilómetros más abajo a un hombre se le ocurría ese mismo día conmemorar el "día del amigo".
Mientras un puñado de científicos permanecía horas y horas detrás de extrañas máquinas analizando la primer llegada del hombre a la luna, un argentino, Enrique Ernesto Febbraro, para no ser menos, mandaba alrededor de 700 cartas a distintos países con la propuesta de festejar el 20 de julio el día de la amistad. No hay datos precisos sobre cuántas fueron las adhesiones a la propuesta pero, sin embargo, la fecha conmemorativa quedó decretada.
Hoy, unos cuantos años después, los restaurantes registran récords de reservas, la líneas de celulares colapsan, aumenta indiscriminadamente la venta de absolutamente todo, las publicidades inundan los medios y cada uno de nosotros recibe el deseo de "feliz día" dándose cuenta, de esta manera, que tenía muchos más amigos de los que pensaba.
Está comprobado que más del 80 por ciento de la gente a la que le deseamos un feliz día no son -ni están cerca de ser- nuestros amigos. A pesar de esto, hoy 20 de julio, levantemos las copas y brindemos por el otro 20 por ciento restante y por un argentino que, con algo de ingenio, encontró otra manera más de enriquecer el negocio de algunos afortunados.

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